«¿Cuándo llegaremos?» ¡Ya! Ya está, ya has llegado, los niños han sido liberados de sus asientos, el olorde los pinos te envuelve …. Descargáis el equipaje y os metéis las llaves del coche en el bolsillo para no volver a sacarlas durante el resto de vuestra estancia en Mimizan. Porque sí, ¡unas vacaciones 100% ciclistas son posibles! Lo primero es orientarse en el Camping du Lac. Situado a orillas del lago, en una zona Natura 2000, reconectará al instante con la naturaleza. Ya sea en una cabaña totalmente equipada o en una tienda de campaña, estará encantado de pasar unos días al aire libre. Los niños piden a gritos un chapuzón en la piscina: se acuerda, antes de tomarse un tiempo para refrescarse en el bar y reservar sus bicicletas, disponibles para alquilar en el propio camping. Con un zumo, ¡es hora de planificar los próximos días sin coche! El Cercle Nautique, situado a pocos minutos del camping, está a la altura de las circunstancias. En All Water, reservamos un Giantpaddle para otro tipo de desafío: conseguir coordinar a 8 personas en la misma tabla para una sesión de deslizamiento por el lago. Te lo pasarás en grande, y si no, ¡acabarás mojado! Cerca, el campo de golf ofrece más independencia y zen: de ti depende cuidar tu ala y esperar la mejor trayectoria. El sitio ofrece zonas llanas, una parte más ondulada en las dunas, y siempre pinos para guiar nuestra mirada hacia el horizonte. A la hora de comer, todavía no hace falta coche para desplazarse: el mejor sitio es Au bon coin du lac. En su bonita terraza de madera, podrá degustar una cocina inspirada en los productos locales de temporada. En este apacible entorno, sentimos que estamos en el buen camino para continuar con este reto de vacaciones 100% ciclistas, y ya estamos esperando lo que está por venir. Para la mañana siguiente, tenemos previsto llegar al pueblo en bicicleta en unos diez minutos: una oportunidad para hacer algunas compras y tomar un café en Lou zinc. Después, a la página o, para los más intrépidos, ¡al accrobranche! Consejo: en verano, hay lanzaderas gratuitas entre el lago y las playas oceánicas. En bicicleta, una media hora y 4 km por las dunas garantizan un buen chute de yodo a la llegada.
