La iglesia del antiguo priorato benedictino de Santa María formaba el corazón de un espacio llamado sauveté. Esta sauveté estaba estrechamente vinculada a la noción de derecho de asilo. Los señores de turno también concedían derechos y privilegios a estos sauvetés, por ejemplo, el derecho de naufragio: "quien encontrara un barril podía beber a gusto, quien encontrara un trozo de tela podía confeccionar allí una prenda". La sauveté estaba delimitada por hitos o pirámides
De las 9 "pirámides"...